Este es un ejemplo de cómo las cosas más sencillas acaban teniendo un significado especial.
La mayoría de las veces no hacen falta detalles grandes y espectaculares para hacerte sentir feliz... una simple nota, una rosa, un e.mail... consiguen dibujar una sonrisa en tu cara para todo el día...
Esta es una tarta de cumpleaños si, pero en un momento especial... y mientras nosotros la hacíamos nos imaginábamos lo que le iba a sorprender al cumpleañero cuando la viera, y esperamos que así fuera.
Así que ahí va, la sorpresa que su mujer le preparó por sus 34 añitos:
Querían poquito fondant y muuuucho chocolate, así que sólo hicimos de fondant la "tapa" de la tarta, y el resto un bizcocho de chocolate relleno de nutella y mermelada de fresa, todo cubierto de ganaché de chocolate.